Sebastián es un aficionado valeroso, gracias a él muchos han llegado al flamenco, bien en algunas sesiones del festival, en las actuaciones que se celebran durante los primeros viernes de mes en el Centro Cívico de Roldán, en las noches flamencas que han tenido lugar en diversos pueblos de la región a los que ha llegado el afán misionero de este hombre, en las Galas benéficas, en las muestras de cante ofrecidas desde el stand del "Melón de Oro" en la feria de Torre Pacheco, o en una velada intima en el mesón de la peña. En todos estos casos Sebastián Escudero y todo el equipo del que se ha rodeado en todos estos años ha posibilitado el encuentro afortunado y dichoso con este arte que pega pellizcos al alma y arrebata. Muchos le deben su afición a él y eso es impagable. Todos lo reconocen: Sebastián es profeta y mecenas del cante. Sebastián, trovero y cantaor que no fue y que por eso le dedica al cante su propia vida.
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