El balance de la presente edición del Festival de Lo Ferro (del 23 al 31 de Julio
de 2016) no podía ser más halagüeño y positivo. Miles de personas han
abarrotado el recinto pachequero durante la intensa semana que vivimos como
siempre, como una gran familia.
Los inicios fueron, como nos gusta llevar a cabo,
inmensos, con unos enormes platos fuertes en forma de talleres en los que
descendimos a las presencias e incursiones del flamenco a través de Internet,
de la Red de Redes, y, específicamente, abordamos el conocimiento que tenemos
de él con el uso de los portales y soportes telemáticos que añaden una cercanía
como pocas veces había ocurrido a lo largo de la historia.
Es una suerte. Expertos de diferentes partes de la región y del país nos encandilaron con sus sapiencias y, fundamentalmente, con su entusiasmo.
Es una suerte. Expertos de diferentes partes de la región y del país nos encandilaron con sus sapiencias y, fundamentalmente, con su entusiasmo.
Conviene que recordemos que este año, en un afán de
expansiva generosidad, Raúl “El Balilla” decidió abrir nuestro
certamen en un fin de semana que llenó de duende todo el campo de Cartagena.
Recaló en Lo Ferro con su espectáculo D´Caramelo.
Indefectiblemente fue la guinda para ese tránsito grande, de entre las noches entrañables que pudimos vivir, que se presentó en la sesión del miércoles, 27 de Julio, una fecha que pasará a los Anales por la brillante actuación de Juan Valderrama, que nos trajo “Bajo el ala del sombrero” los óptimos momentos en la carrera musical de su padre, el gran Juanito, tan vinculado al Festival de Lo Ferro. El público se deleitó con una voz y una gracia como únicamente unos “milagrosos” pueden proyectar. Por si fuera poco, Filo de los Patios, la ganadora del Melón de Oro del año anterior, nos inundó con su voz, colmada de pasión y de buen hacer. Conviene igualmente reseñar que el pregón inaugural corrió a cargo de la Presidenta de la Asamblea Regional, Rosa Peñalver, que se ganó a los concurrentes con intimismo y garbo.
Indefectiblemente fue la guinda para ese tránsito grande, de entre las noches entrañables que pudimos vivir, que se presentó en la sesión del miércoles, 27 de Julio, una fecha que pasará a los Anales por la brillante actuación de Juan Valderrama, que nos trajo “Bajo el ala del sombrero” los óptimos momentos en la carrera musical de su padre, el gran Juanito, tan vinculado al Festival de Lo Ferro. El público se deleitó con una voz y una gracia como únicamente unos “milagrosos” pueden proyectar. Por si fuera poco, Filo de los Patios, la ganadora del Melón de Oro del año anterior, nos inundó con su voz, colmada de pasión y de buen hacer. Conviene igualmente reseñar que el pregón inaugural corrió a cargo de la Presidenta de la Asamblea Regional, Rosa Peñalver, que se ganó a los concurrentes con intimismo y garbo.
A esa cita no le faltó de nada: tuvimos a “Chiquetete”, a Antonio Cortés Pantoja, con su estilo inconfundible, que se entregó en cuerpo y alma, y a Miguel Flores, “Capullo de Jerez”, quien revolucionó, como sólo él sabe hacer, a todos cuantos se concitaron en el albero del Festival. Nos movimos con los sones de su alma, esto es, con los ritmos que son propios de personas vitales que transmiten lo mejor de sí mismas.
Viernes y Sábado fueron los momentos para la semifinal y la final, y, además, con el bailaor, “El Carpeta” (Manuel Fernández Montoya), que nos conminó a subir al Olimpo de los dioses de manos del talento de una estirpe eterna. Nos regaló su espectáculo “Flamenco Show”. Como es habitual, el sábado, el Ballet de Lo Ferro, dirigido por María Dolores Ros, nos puso ese toque mágico que solo sus componentes saben compartir. Salieron, como reza su creación, “Por la puerta grande”.
Premios
En cuanto a los premios, no hubo este año Molino de Lo Ferro, que quedó desierto,
pero sí Melón de Oro, que, como
dictó el Jurado, fue a parar a Francisco
Manuel Pajares
Carmona, a quien le auguramos un futuro prometedor con el acicate que supone este galardón. La noche, tras conocerse los reconocimientos, se hizo larga, como es habitual en la Peña, que gusta de disfrutar del duende que surge cuando el buen arte se alía con la Luna, las estrellas y el buen tiempo, que reinó durante toda la semana.
Carmona, a quien le auguramos un futuro prometedor con el acicate que supone este galardón. La noche, tras conocerse los reconocimientos, se hizo larga, como es habitual en la Peña, que gusta de disfrutar del duende que surge cuando el buen arte se alía con la Luna, las estrellas y el buen tiempo, que reinó durante toda la semana.
Las
actividades de cante y flamenco, marcadas por el carácter popular de este
certamen, se prolongaron en un domingo que vivió la estampa de la alegría que
caracterizó una edición excepcional, irrepetible, sana, placentera y jovial.
Es razonable que también agradezcamos su destreza a Mariano Escudero, digno descendiente del Fundador del Festival, Sebastián Escudero, sin cuya
coordinación buena parte de lo que aquí decimos no habría sido posible.
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